La primera idea que debemos exponer es que numerosas de las modificaciones somáticas que comentaremos en breve, no sabemos si son causa o consecuencia del estado afectivo en el que se encuentra el sujeto.
Se sabe que la serotonina, un neurotransmisor muy repartido por el organismo, parece cumplir una función importantísima en las manifestaciones afectivas. La serotonina se forma a partir del triptófano, y una vez metabolizada se elimina por la orina. Por esta cantidad eliminada en la orina podemos saber la serotonina metabolizada en el organismo.
El metabolismo de la serotonina puede influir en múltiples factores, sin embargo, no se puede administrar de forma intravenosa, debido a que no pasa la barrera hematoencefálica; sin embargo, gracias a los descubrimientos de los fármacos inhibidores de la MAO (se comportan como antidepresivos), se ha podido demostrar los efectos de la serotonina.
Sin embargo, encasillar a la serotonina con una única función, esto es regulando los estados de ánimo, es algo pobre, ya que investigaciones realizadas van ofreciendo nuevas facetas.
Se sabe que niveles bajos de serotonina y noradrenalina produce sedación e incluso depresión, sin embargo respecto al papel de cada sustancia hay discrepancias. Algunos autores piensan que la sedación sería consecuencia de una baja serotonina, mientras que para otros sería la noradrenalina la causante de dicha sedación.
Por todo esto se podría hipotetizar que en la depresión lo que habría sería, o bien, un exceso en la actividad de la MAO, o bien, un déficit en la producción de la serotonina.
Actualmente se ha podido comprobar que lo característico de las depresiones ansiosas es un metabolismo bajo de serotonina y por la contra, un metabolismo alto en noradrenalina; sin embargo, en las depresiones melancólicas habría una mayor cantidad de serotonina y una deficiencia en catecolaminas.
La reserpina es una sustancia que influye en el metabolismo de la serotonina, y también en el de la noradrenalina. En esta última sustancia actúa eliminándola.
También se han puesto ha prueba en el tratamiento de la patología en los estados de ánimo, las sales de litio, tanto en el tratamiento de la manía, como en el tratamiento de la depresión, y en este último, sobre todo. Parece ser que uno de los mecanismos de actuación de las sales de litio es movilizando la noradrenalina.
Por último, el electroshock también se ha mostrado favorable en el tratamiento preventivo de la depresión.