Está aquí: Inicio El proyecto Nivel 4 - Patologías 1.6.04. Evolución - Esquizofrenia y trastornos psicóticos
El inicio de la patología puede ser brusco e insidioso, pero en la mayoría de los sujetos existe una fase de inicio lento y gradual donde se desarrollan diversos signos y síntomas; por ejemplo, se suele comenzar por un aislamiento social, deterioro de la higiene y del aseo,…
En dicha fase los familiares no saben lo que le está pasando al paciente pero suelen pensar que el sujeto está pasando una etapa difícil en su vida; pero, en un momento dado, cuando se empieza a manifestar algún síntoma de la fase activa es cuando se califica el trastorno como una incipiente esquizofrenia. La edad de comienzo de la enfermedad tiene un significado importante para el pronóstico; los sujetos con un inicio más temprano suelen ser hombres y tienen una peor adaptación premórbida, más bajo nivel de estudios, más signos y síntomas negativos, o por lo menos más sobresalientes, una mayor evidencia de deterioro cognoscitivo evaluado neuropsicológicamente y peor evolución. En contraposición, los sujetos que desarrollan más tardíamente la enfermedad, que suelen ser las mujeres, muestran menor evidencia de anormalidades estructurales cerebrales o deterioro cognoscitivo y una mejor evolución.
Los estudios realizados acerca del tema, sugieren que la evolución de la esquizofrenia es variable, con episodios bruscos y remisión de algunos enfermos, mientras que otros permanecen crónicamente enfermos. Normalmente la remisión de este trastorno es bastante infrecuente; mientras que en los sujetos que no remite, algunos poseen un cuadro relativamente estable, mientras que otros muestran un empeoramiento progresivo que se asocia a su vez a una grave incapacidad.
Normalmente los síntomas negativos suelen presentarse ya desde el principio de la enfermedad, mientras que los síntomas positivos aparecen después. Debido a que los síntomas positivos son sensibles al tratamiento, los síntomas negativos son los que suelen persistir.