La colecistoquinina (CCK) es una hormona intestinal que se ha secuenciado y sintetizado, y que contiene 33 residuos aminoácidos. El CCK-33 tiene un octapéptido con terminal C sulfurado al que se llega por medio de proteolisis, CCK-8, la cual se encuentra en un 80% en el cerebro y 60% en el intestino, contiene un terminal C de cinco péptidos, similar al de otra hormona intestinal gastrina, y con el decapéptido ceruleína, que se encuentra en la piel de los anfibios. Los anticuerpos antigastrina interaccionan con la familia CCK, por eso hay una inmunorreactividad similar a la gastrina en el cerebro, incluso en zonas donde aparece en menor cantidad.
La corteza cerebral es la región donde hay mayor cantidad de CCK-8, no obstante, también se puede encontrar en la retina, hipocampo, hipotálamo, núcleo amigdaloide y sustancia gelatinosa de la médula espinal. En el córtex piriforme destaca la gran cantidad existente de este neuropéptido. La mayor densidad de células que contienen CCK-8 se ha detectado en la sustancia gris periacudiectal a nivel de la salida del par craneal III. En el encéfalo y la retina parece que la mayor reactividad a CCK-8 se localiza en los cuerpos neuronales, en las fibras y terminales, más que en las células gliales.
De toda la familia CCK parece que una región corta de la secuencia es crítica para la actividad biológica cuando se aplica directamente al lugar de acción. El resto de la secuencia contribuye en la solubilidad, transporte, almacenamiento o degradación.
En cuanto a la actuación de CCK-8 como neurotransmisor o neuromodulador, se puede decir que teniendo en cuenta las regiones en las que se ha localizado se tienen indicios de su función. Actúa sobre las neuronas de la sustancia gris periacudiectal que están relacionadas con la percepción del dolor y sobre las neuronas del hipotálamo medial que controlan la ingesta de alimentos. En este sentido, se sabe que el nivel de CCK se eleva hacia el final de la comida y parece que desencadena los mecanismos de saciedad. Por otro lado, al haberse localizado CCK en la amígdala y partes de la corteza cerebral, se ha pensado en un papel relacionado con las emociones.
Se ha demostrado que la CCK tiene efectos ansiogénicos en el cerebro, en varios estudios se ha comprobado que si se inyectan agonistas del receptor CCKB producen cambios autonómicos y comportamentales asociados con el miedo y la ansiedad, mientras que los antagonistas del mismo receptor lo reducen. Esto parece estar en relación con la amígdala ya que contiene muchas neuronas que secretan esta sustancia. Por otro lado, también se ha visto que en una situación de miedo los niveles de CCK se elevan en la amígdala. La administración de un agonista del receptor CCKB directamente en la amígdala provocaba signos de ansiedad y los antagonistas de el receptor tenían un efecto contrario.
Se sabe que este neuropéptido coexiste e interactua sinápticamente con la dopamina en las fibras nigroestriatales que inervan el cuerpo estriado y el núcleo accumbens.