El glucagón es un polipéptido de cadena lineal que contiene 29 aminoácidos. Este polipéptido, al igual que las sustancias inmunorreactivas similares a él, se forma en el intestino delgado y en el tejido cerebral. En el intestino se ha encontrado una sustancia similar al proglucagón, la glicentina. Estas sustancias presentan reacción cruzada con anticuerpos contra el glucagón, y compiten con él por el receptor de glucagón en la célula hepática.
La principal función del glucagón se encuentra en la formación de glucosa mediante la activación el sistema fosforilasa dependiente de cAMP del hígado, con una degradación de glucógeno a glucosa, la cual pasará a formar parte del torrente sanguíneo. Además, aumenta la gluconeogénesis hepática al incrementar el pool hepático de precursores de la glucosa. Disminuye las actividades piruvato quinasa y acetil CoA carboxilasa. En la célula grasa el glucagón estimula la actividad lipasa dependiente de cAMP, que convierte triacilgliceroles en ácidos grasos libres y glicerol.
El tiempo medio de inactivación del glucagón es de 5 minutos en hígado y riñones. En gran medida, muchos de los efectos metabólicos del glucagón son opuestos a la acción de la insulina, por lo que los efectos del glucagón en el incremento de la degradación de grasas y en el incremento de la cetogénesis son más pronunciados en pacientes afectados de diabetes (déficit de insulina) y en aquellos sometidos a ayuno (caso en el que descienden los niveles de insulina).
Entre los péptidos relacionados estructuralmente con el glucagón se encuentran el péptido inhibidor gástrico, la secretina y el péptido intestinal vasoactivo (VIP).
Este polipéptido con un peso molecular de 3.500 Daltones aproximadamente que se produce en las células alfa de los islotes de Langerhans del páncreas y es una de las principales hormonas hiperglicemiantes, es decir, aquellas que aumentan los niveles de glucosa en la sangre. Recordemos que la insulina también es producida en los islotes pancreáticos y ejerce una acción opuesta. Estas pequeñas islas de células de secreción interna se encuentran dentro de la estructura del páncreas rodeadas por las células productoras de los jugos digestivos y su función es regular la concentración de glucosa en la sangre, con un sistema de ajuste muy fino de la glucemia; cuando el nivel de glucosa en sangre se eleva, aumenta la secreción de insulina, que favorece la entrada de este azúcar a las células y su posterior metabolismo, disminuyendo en consecuencia su concentración en la sangre. Por el contrario, cuando la glucemia baja, los islotes secretan glucagon, que se encarga de estimular al hígado para que aumente su producción de glucosa, y al tejido adiposo que libere ácidos grasos y glicerol como fuentes de energía y material para la síntesis hepática de más glucosa.
Su utilidad en la práctica médica es limitada: sólo se utiliza para algunos casos de hipoglucemia para el tratamiento del paciente hipoglucémico inconsciente, como relajante intestinal durante procedimientos diagnósticos y, recientemente, se ha utilizado para algunos problemas cardiovasculares.