El episodio maníaco se define por presentar un periodo completo por el cual el estado de ánimo es anormal y muy elevado, expansivo o irritable. Este estado de ánimo debe durar, al menos, 1 semana (siempre menos si se requiere de hospitalización) (criterio A). Esta alteración del estado de ánimo debe estar acompañada de, al menos, otros tres síntomas de una lista, entre los que se incluye: aumento de la autoestima o grandiosidad, disminución en la necesidad de dormir, un lenguaje verborreico, fuga de ideas constante, aumento de las actividades intencionadas o agitación psicomotora, distraibilidad,…
Si el estado de ánimo, en lugar de ser expansivo, es irritable, se deben cumplir, al menos, cuatro de los síntomas presentados en la lista anterior (criterio B).
Estos síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto, puesto que entre los episodios con síntomas maníacos no se intercalan episodios depresivos mayores casi cada día (criterio C).
La alteración que provocan los síntomas debe ser lo suficientemente grave como para ocasionar un grave deterioro social y laboral o para precisar hospitalización, e incluso, pueden incluirse síntomas psicóticos (criterio D). El episodio no puede deberse a los efectos fisiológicos de ninguna sustancia, droga, medicamento. Este episodio tampoco se deberá a los efectos fisiológicos de ninguna enfermedad médica, como por ejemplo, a los efectos producidos por un tumor cerebral (criterio E).
Normalmente, el estado de ánimo que se caracteriza por un estado maníaco, se describe como anormalmente bueno, alegre o eufórico. Lo expansivo de este episodio, lleva al sujeto a un incesante entusiasmo en las interacciones interpersonales, laborales o sexuales. Es característico también, la labilidad en este estado.
La exageración de la autoestima que se produce, va desde una excesiva confianza de uno mismo, hasta una especie de grandiosidad, casi con proporciones delirantes (criterio B1). Son frecuentes las ideas delirantes de grandeza.
Es muy característico el descenso en la necesidad de dormir (criterio B2). El sujeto se siente lleno de energía, e incluso, cuando el trastorno es muy grave, el sujeto puede pasarse días sin dormir, sin llegar a sentirse cansado.
El lenguaje en un sujeto con un episodio maníaco es verborreico, esto es rápido y difícil de interrumpir (criterio B3). El sujeto puede pasarse horas hablando sin parar. Las palabras suelen ser escogidas más por criterios fonológicos que por relaciones conceptuales. Sin embargo, si el estado del sujeto es más irritable que expansivo, el discurso está más marcado por quejas y por comentarios hostiles.
El lenguaje en un sujeto con un episodio maníaco es verborreico, esto es rápido y difícil de interrumpir (criterio B3). El sujeto puede pasarse horas hablando sin parar. Las palabras suelen ser escogidas más por criterios fonológicos que por relaciones conceptuales. Sin embargo, si el estado del sujeto es más irritable que expansivo, el discurso está más marcado por quejas y por comentarios hostiles.
El pensamiento suele sucederse de manera rápida, incluso más rápido de lo que lo verbalizan (criterio B4). Normalmente suele haber una fuga de ideas, con cambios constantes de tema, que se manifiesta por el flujo continuo del lenguaje, muy acelerado. El lenguaje, en este caso puede volverse incoherente y desorganizado.
Tienen incapacidad para apartar estímulos externos irrelevantes, lo que se conoce con el nombre de distraibilidad (criterio B5). El aumento de la actividad intencionada, implica una excesiva participación en distintas actividades criterio B6). El sujeto se implica en numerosas empresas, sin tener en cuenta si puede acabar bien cada una de ellas. Suele aumentar, como consecuencia, la sociabilidad. Demuestran una agitación e inquietud psicomotora.
La expansividad de la conducta, la grandiosidad, el empobrecimiento del juicio, llevan a estos sujetos a una implicación en actividades placenteras muy imprudentes, como por ejemplo, las compras desmesuradas, inversiones económicas instables, comportamiento sexuales inusuales,… que pueden tener consecuencias graves (criterio B7). Esta desorganización, consecuencia directa del empobrecimiento del juicio, puede llevar a provocar un gran deterioro en la actividad, llegando, incluso, a necesitar la hospitalización, para impedir que el sujeto llegue a hacerse daño con sus comportamientos.
La presencia de síntomas psicóticos durante el episodio maníaco da lugar al deterioro de la actividad, deterioro significativo (criterio D).
Los efectos directos de una medicación antidepresiva pueden provocar síntomas maníacos. También los pueden provocar la terapia electroconvulsiva, la terapia lumínica o algún otro medicamento prescrito para otra enfermedad. Hay datos que sugieren, que los sujetos que presentan episodios maníacos después de un tratamiento somático para a depresión, tienen mayor probabilidad de presentar episodios maníacos, mixtos o hipomaníacos futuros. Esto tiene especial consideración en niños y adolescentes.