CARACTERÍSTICAS DIAGNÓSTICAS
La principal característica del trastorno de la personalidad por dependencia es la necesidad clara de que se ocupen de uno, lo que ocasiona un comportamiento de adhesión y temores a la separación.
Este patrón comienza al principio de la edad adulta y se debe dar en diversos contextos. Estos comportamientos sumisos surgen de la percepción del propio sujeto de no funcionar adecuadamente sin la ayuda de los demás.
Los sujetos con este trastorno tienen a menudo grandes dificultades para tomar decisiones cotidianas, si éstas no se ven apoyadas por los demás (criterio 1). Los sujetos con este trastorno suelen ser pasivos y a permitir que lo demás tomen las decisiones por ellos (criterio 2). Esta necesidad de que los demás asuman sus responsabilidades va más allá de lo que podemos denominar apropiado. Este trastorno puede darse también en individuos que tienen alguna enfermedad discapacitante, pero para diagnosticar este trastorno, la dificultad para asumir responsabilidades debe ir más allá de lo que normalmente se asocia a su enfermedad.
Otra de los criterios de este trastorno, es que los sujetos que lo manifiestan tienen dificultades para expresar el desacuerdo con los demás, debido a que tienen miedo a perder su apoyo (criterio 3). A estos sujetos les es difícil iniciar proyectos o hacer las cosas independientemente (criterio 4). Creen que necesitan ayuda para comenzar y seguir con la tarea. Están convencidos de que necesitan ayuda de los demás; sin embargo, si se les da seguridad pueden funcionar adecuadamente. Tienen miedo de valerse por ellos mismos o hacerse más competentes por miedo a que los demás les abandonen. Ocurre también que como confían en los demás para valerse en la vida, frecuentemente no aprenden las habilidades necesarias, lo que les hace, además más dependientes aún.
Pueden llegar, incluso a presentarse voluntarios para tareas desagradables, si estos comportamientos les proporcionan los cuidados que necesitan (criterio 5), de lo que se desprende que están dispuestos a someterse a lo que los demás quieran de ellos. Esta necesidad de vínculo suele ocasionar relaciones desequilibradas. Los sujetos con trastorno de la personalidad por dependencia suelen sentirse incómodos cuando se encuentran solos, debido a sus temores, desproporcionados, de ser incapaces de cuidar de ellos mismos (criterio 6).
Cuando se termina una relación importante, estos sujetos buscan otra relación que les proporcione el cuidado y el apoyo que necesitan (criterio 7). Además los sujetos dentro del trastorno de la personalidad dependiente, están inmensamente preocupados por el miedo a que les abandonen y por lo tanto tengan que cuidar de ellos mismos (criterio 8); pero hay que tener en cuenta, que para que estos temores sean indicativos de trastorno, deben ser excesivos y no realistas.
SÍNTOMAS Y TRASTORNOS ASOCIADOS
Una característica primordial de este trastorno, es que estos sujetos son pesimistas e inseguros, además de tender a minimizar sus capacidades. Todos tienden a buscar la sobreprotección y a ser dominados por los demás.
Como podría intuirse, sus relaciones sociales tienden a limitarse a pocas personas y además de las que el sujeto depende. Suele haber un gran riesgo de comorbilidad con trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad y trastornos adaptativos. Además este trastorno se asocia también a otros trastornos de la personalidad, como son el trastorno límite de la personalidad, el trastorno por evitación y el trastorno histriónico.
Es común también, que los sujetos que hayan experimentado una enfermedad médica crónica o un trastorno de ansiedad por separación en la infancia o la adolescencia, tiendan a desarrollar este trastorno. Tanto la edad, como los factores culturales han de ser tenidos en cuenta a la hora de diagnosticar este trastorno, ya que por ejemplo, en algunas sociedades, es común poner énfasis en la pasividad o el trato cortés y respetuoso, lo que puede ser malinterpretado como rasgos del trastorno de la personalidad por dependencia. Al igual ocurre con la característica sexo, ya que el trastorno tiende a manifestarse de distinta manera dependiendo de si se es hombre o se es mujer.
Ocurre que este trastorno, en la población clínica, se puede ver con más frecuencia en las mujeres; sin embargo, distintos estudios corroboran unas tasas de prevalencia similares para ambos sexos. Se observa, en población clínica, que este trastorno tiene una de las mayores frecuencias encontradas dentro de los trastornos de la personalidad.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Es fácil confundir el trastorno de la personalidad por dependencia de los trastornos que se asocian al Eje I (como son por ejemplo, los trastornos del estado del ánimo, el trastorno de angustia y la agorafobia) y de los trastornos que surgen como el resultado de enfermedades médicas.
También puede confundirse este trastorno con otros trastornos de la personalidad, por tener características similares. Si el individuo tiene características de personalidad que cumplan los criterios para más de un trastorno de personalidad, deben diagnosticarse todos. Aunque muchos de los trastornos de personalidad tienen como una de sus características la dependencia, el trastorno de la personalidad por dependencia se caracteriza por ir acompañado, además, de comportamientos de sumisión y de adhesión.
Tanto el trastorno de personalidad por dependencia como el trastorno límite de la personalidad tienen temor al abandono, sin embargo se distinguen por la reacción que procesan después de dicho abandono. En el trastorno por dependencia se reacciona con un aumento de sumisión y el sujeto busca urgentemente otra relación que reemplace la anterior; sin embargo, el trastorno límite de la personalidad, el sujeto reacciona con un tremendo vacío emocional y demandas.
Otra coincidencia existe entre el trastorno de la personalidad por dependencia y el trastorno histriónico de la personalidad, ya que ambos experimentan una gran necesidad de reafirmación y aprobación, y suelen parecer infantiles; sin embargo, en el trastorno histriónico de la personalidad se suelen producir grandes extravagancias para demandar activamente la atención, extravagancias que no se producen en el trastorno por dependencia.
Por último, una de las grandes coincidencias se da entre el trastorno de la personalidad por dependencia y el trastorno de la personalidad por evitación, ya que ambos están caracterizados por sentimientos de inferioridad, es la necesidad de reafirmación. La diferencia está, en que en el trastorno por evitación, son tan sensibles a la humillación, que se aíslan hasta estar seguros de ser aceptados. En el trastorno por dependencia, los sujetos buscan, más bien, mantener los contactos con aquellas personas más importantes para ellos; y no se caracterizan tanto por la evitación.
Este trastorno de la personalidad por dependencia debe distinguirse de un cambio de personalidad debido a enfermedad médica, ya que aquí, lo rasgos aparecen como consecuencia de la enfermedad. También debe distinguirse de los síntomas que se pueden presentar en asociación con el consumo crónico de sustancias, como el trastorno relacionado con el consumo de cocaína no especificado.
Hay individuos que pueden mostrar rasgos característicos de dependencia. Sin embargo, no se constituye un trastorno hasta que estos rasgos sean inflexibles, desadaptativos y persistentes, y/o ocasionen deterioro funcional significativo o bien malestar subjetivo.
Tanto los criterios diagnósticos de investigación de la CIE-10 como los criterios del DSM-IV son distintos, pero al final definen en líneas generales el mismo trastorno.
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