Según el criterio expuesto en el DSM-IV, el diagnóstico de demencia requiere la presencia de deterioro en niveles previos de funcionamiento y de menoscabo en múltiples dominios cognitivos.

Para ayudar a determinar si los síntomas que presenta el paciente cumplen los criterios establecidos para la demencia, es necesaria la realización de una completa historia clínica, el pilar básico para el diagnóstico de demencia. Esta ha de abordar los siguientes aspectos: evaluación integral dinámica, exploración física general y neurológica y exploraciones complementarias.

Se debe hacer una evaluación integral dinámica, que analiza cuatro ejes (clínico, mental, funcional y social) y permite su actualización longitudinal.