Las manifestaciones clínicas dependen de la localización de la lesión encefálica por lo que resulta difícil establecer un patrón semiológico para estos cuadros. No obstante, la clínica de la demencia vascular suele caracterizarse por un inicio relativamente brusco (p ej. a raíz de un accidente vásculo-cerebral), un curso fluctuante y/o remitente y la presencia de signos o síntomas neurológicos focales sugerentes de enfermedad cerebrovascular, pudiéndose hallar un síndrome seudobulbar más o menos completo.


El deterioro neuropsicológico de los pacientes no suele ser homogéneo, sin configurar el síndrome afaso-apraxo-agnósico típico de la EA. Se caracteriza por un deterioro global de las funciones cognitivas y desigual (“en parches”), de tal manera que unas funciones pueden alterarse y otras no. En concreto, puede observarse una fluctuación de los síntomas que muestran un rendimiento cognitivo desigual en el tiempo. A menudo disminuye la velocidad de ejecución de los procesos cognitivos complejos, con enlentecimiento en funciones intelectuales que pueden ser cualitativamente normales.


En la demencia vascular, son más relevantes los síntomas cognitivos focales, aunque también se alteran funciones sin una localización anatómica precisa (funciones complejas que implican sistemas cerebrales complejos) como por ejemplo la capacidad de abstracción, la capacidad de adaptación a nuevas situaciones, el razonamiento lógico, el nivel de “activación” y la iniciativa.


La alteración de la memoria puede ser leve o moderada, pudiendo existir una disociación entre la memoria verbal y la memoria visual dependiendo de la localización de los infartos.


La afasia tiene rasgos típicos de lesión focal, siendo muy frecuentes la disartria y disprosodia.


La praxis puede afectarse de forma desigual. Es característica la aparición precoz de trastornos de la marcha manifestado mediante la marcha a pequeños pasos o marcha atáxica-apráxica, inestabilidad y caídas frecuentes.


En cuanto a la personalidad suele aceptarse que se mantiene preservada, pero en algunos casos hay cambios evidentes de la misma, apareciendo apatía o desinhibición o acentuación de rasgos previos, tales como egocentrismo, actitudes paranoides o irritabilidad.


La depresión suele ser más frecuente en los pacientes con DV (60%), en concreto, parece que las mujeres presentan depresiones con más frecuencia que los hombres. Así mismo, se ha podido observar que las depresiones en la DV son más duraderas y severas que la sintomatología depresiva presente en la EA.


Es frecuente la presencia de urgencia miccional e incontinencia, no explicables por trastornos urológicos. Precisamente, los trastornos de la marcha y la disfunción urinaria son considerados como marcadores tempranos de este tipo de demencia. Así mismo, los rasgos parkinsónicos (rigidez e inexpresión facial) y el reflejo de Babinski son otra característica de la demencia vascular.