El diagnóstico presupone la presencia de una demencia como tal. En el caso de la demencia vascular, el deterioro cognoscitivo suele ser desigual, de tal manera que puede haber una pérdida de memoria, un deterioro intelectual y signos neurológicos focales, mientras que la conciencia de enfermedad y la capacidad de juicio pueden estar relativamente conservadas. Un comienzo brusco, un deterioro escalonado y la presencia de síntomas y signos neurológicos focales aumenta la probabilidad del diagnóstico de demencia vascular, cuya confirmación vendrá sólo, en algunos casos, de la tomografía axial computarizada o en último extremo de la neuropatología.


Las señales neurológicas y comportamentales son normalmente algo más dramáticas que aquellas encontradas en un paciente con EA, y es probable que la memoria esté mejor conservada en el paciente con demencia vascular.

Además de diferenciar a la demencia vascular de la enfermedad de Alzheimer, existen otras entidades que cursan con demencia y que deben considerarse en el diagnóstico diferencial de todo paciente con demencia vascular. Entre dichas entidades destacan la hidrocefalia normotensiva, la demencia asociada a procesos infecciosos del SNC, las leucodistrofias, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Creutzfeld-Jakob, la sarcoidosis y las encefalopatías metabólicas. En la mayoría de estos casos, los datos proporcionados por la historia clínica y los estudios de neuroimagen son de gran utilidad diagnóstica.


Al igual que en otro tipo de demencias, es necesario realizar un diagnóstico diferencial de la demencia vascular con varios trastornos psiquiátricos que, aunque pueden formar parte del cuadro clínico de este tipo de demencia, pueden complicar dicho diagnóstico. Los más destacados son: depresión, ansiedad y esquizofrenia. La relación entre enfermedad física y depresión se hace más evidente en los trastornos cardiovasculares, en los accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades con fuerte componente vascular, como la patología renal y la diabetes mellitus, y también, en algunas perturbaciones funcionales del sistema gastrointestinal.

Precisamente en los trastornos cerebrovasculares la asociación de enfermedad física y depresión es también alta, y su presencia se asocia con más daño cerebral. Los estudios realizados con técnicas de neuroimagen muestran que estos enfermos deprimidos presentan más microinfartos en la substancia blanca y nucleos basales, y más infartos mayores. Los pacientes con estados depresivos de aparición tardía en la vida, tienen más lesiones cerebrales que los enfermos con depresiones que aparecen más temprano en la vida del enfermo. Estos infartos son más prevalentes en la región cerebral prefrontal que tiene conexiones con la amídgala y otras estructuras cerebrales.


Pero, la depresión no sólo aparece concomitantemente al trastorno físico vascular, sino que también, puede anteceder a la enfermedad en una tasa bastante alta, y señala un pronóstico maligno.


Se ha introducido el término "depresión vascular" para designar esta asociación de depresión y trastorno cerebrovascular (Alexopoulos et al., 1997). Esta depresión suele ser más frecuente en los hombres que, tradicionalmente fuman y sufren de hipertensión arterial, y tienen, en general, índices altos de riesgo de enfermedad cardiovascular. Esta depresión vascular se le denomina también depresión de comienzo tardío (DCT), para diferenciarla de la depresión que aparece más temprano en geriatría, depresión de comienzo temprano, y que clínica y genéticamente es parecida a la depresión observada en la población joven. La depresión vascular está asociada con una alta morbilidad y mortalidad, e indica la posibilidad del desarrollo futuro de una demencia.


En conclusión, Las personas con problemas de memoria que también sufren depresión deberían ser evaluadas para comprender si la depresión es la causa de la demencia, o viceversa. No obstante, la depresión debería ser tratada independientemente de si la persona tiene o no una demencia irreversible. Esto puede ayudar a aliviar la desgracia de la persona, y le ayudará a disfrutar de la vida, a mejorar su apetito y puede reducir los comportamientos molestos.

 

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