El diagnóstico adecuado del complejo demencia del SIDA depende en gran parte del juicio acertado de los médicos, a menudo en conjunto con el de especialistas en áreas como la psiquiatría o la neurología. Es fácil imaginar cuán difícil es determinar deterioros en el estado de ánimo y en los comportamientos puesto que no existen normas establecidas o un curso común en el complejo demencia del SIDA. En una persona el curso puede ser muy leve con períodos de severidad variable de los síntomas. En otra puede ser abrupto, severo y progresivo. En la actualidad, no existe una forma de predecir cómo va evolucionar el complejo demencia del SIDA en una persona en particular.


Algunas veces los síntomas del complejo demencia del SIDA pueden pasar desapercibidos o no ser tenidos en cuenta por algunas de las personas que cuidan a los pacientes, bajo la creencia de que se trata de los síntomas debidos al avance de la enfermedad del VIH. De hecho, las personas en etapas avanzadas de la enfermedad no presentan síntomas del complejo demencia del SIDA sino que poseen facultades mentales aceptablemente normales a no ser que tengan otros problemas neurológicos. Al final del espectro, el complejo demencia del SIDA debe ser distinguido cuidadosamente de la depresión severa—común entre las personas con VIH que puede presentar síntomas similares a los del complejo demencia del SIDA.


El aspecto más importante de la demencia debida al VIH es un deterioro cognitivo progresivo. En estadios tempranos estos pacientes manifiestan dificultad para coordinar tareas rutinarias. Progresivamente los pacientes van desarrollando apatia, síntomas depresivos, un moderado a severo enlentecimiento psicomotor, dificultad en la concentración, y un deterioro de las funciones mnésicas. A medida que la demencia debida al VIH progresa los problemas con la memoria son más severos, el paciente esta más lento y desarrolla trastornos del lenguaje. Este síndrome cognoscitivo-motor es similar al observado en otras demencias subcorticales como la enfermedad de Parkinson y la de Huntington. El estadio terminal se caracteriza por un deterioro neuropsicológico global y un enlentecimiento severo.

Entre los factores que pueden influir sobre el curso clínico, se ha demostrado que pacientes con el complejo demencia del SIDA con antecedentes de drogadicción y uso de drogas endovenosas, factores raciales y una baja cuenta de células CD4+ tienen un curso más rápido que aquellos pacientes sin estas características (Bouwman et al., 1998). Además se vio que los pacientes con mayor enlentecimiento mental progresaban más rápido. Aquellos en los cuales el curso de la demencia debida al VIH era lento o no progresaba tenían una menor cantidad de macrófagos activados en los ganglios de la base y en la corteza prefrontal.

 

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