Valoración del menoscabo

Valoración para la esquizofrenia y los trastornos paranoides

 

Valoración de la Discapacidad atendiendo a criterios generales de funcionalidad:


CLASE I: (O%) El sujeto presenta sintomatología psicopatológica aislada, que no supone disminución alguna de su capacidad funcional.

CLASE II: DISCAPACIDAD LEVE (1-24%)


a) El sujeto conserva su capacidad para llevar a cabo una vida autónoma o muestra una leve disminución de ésta, de acuerdo a su edad y condición, excepto en períodos de crisis o descompensación.

b) Puede mantener una actividad laboral normalizada y productiva, excepto en períodos de importante aumento del estrés psicosocial o descompensación, en estos casos puede ser necesario el reposo laboral así como una intervención terapéutica adecuada.


c) Cumple los criterios para el diagnóstico de esquizofrenia de cualquier tipo o trastorno paranoide.

CLASE III: DISCAPACIDAD MODERADA (25-59%)

a) Se observa una moderada restricción en el desempeño de las actividades de la vida cotidiana (que incluye los contactos sociales) así como en el ejercicio de un trabajo remunerado en el mercado laboral. En estos casos puede ser necesario la medicación y/o tratamiento psicoterapéutico de forma habitual. Si, a pesar de ello, persiste la sintomatología clínicamente evidente:


  Se asignará un porcentaje de discapacidad comprendido entre el 45-59% cuando la sintomatología interfiera notablemente en las actividades de la vida de la persona.

  Se asignará un porcentaje de discapacidad comprendido entre el 25-44% cuando dicho trastorno no obstaculice, de forma notable, el desempeño de sus actividades cotidianas.


b) Las dificultades o síntomas pueden agudizarse en períodos de crisis o descompensación. Fuera de los períodos de crisis:


  Si el individuo es capaz de llevar a cabo una actividad laboral normalizada y productiva la mayor parte del tiempo, con supervisión y ayuda se le asignará un porcentaje de discapacidad comprendido entre el 25 y 45%.


  Cuando la actividad laboral sólo pueda ser desarrollada en ambientes laborales protegidos con supervisión mínima, el porcentaje de discapacidad asignado será el comprendido entre el 45 y 59%.

c) Presencia de alguna de las siguientes características clínicas:

  Persistencia de síntomas psicóticos.

  Dificultad marcada en la relación personal o actitudes autistas.


CLASE IV: DISCAPACIDAD GRAVE (60-74%)


a) Las actividades de la vida cotidiana se encuentran marcadamente restringidas (posibilidades de desplazarse, preparar e ingerir los alimentos, atender a su higiene personal y al vestido, cuidar de su hábitat y realizar las tareas domésticas, comunicarse y tener contactos sociales), lo que obliga a una supervisión de carácter intermitente en ambientes protegidos y total fuera de ellos.

b) Marcada disminución de su capacidad laboral, puesta de manifiesto por deficiencias en la capacidad para mantener la concentración, continuidad y ritmo en la ejecución de las tareas y repetidos episodios de deterioro o descompensación asociados a las actividades laborales, como consecuencia del fracaso en adaptarse a circunstancias estresantes. No puede desempeñar una actividad laboral con regularidad. Puede acceder a centros ocupacionales protegidos, no obstante muestra un rendimiento pobre o irregular incluso con supervisión.

c) Presencia de alguna de las características clínicas siguientes:

  Mala respuesta a los tratamientos con persistencia de la sintomatología.

  Necesidad permanente de tratamiento con internamientos reiterados.


  Asociaciones laxas de ideas, tendencia a la abstracción, apragmatismo.


  Síntomas alucinatorios y delirantes crónicos.


CLASE V: DISCAPACIDAD MUY GRAVE (75%)

a) La enfermedad o trastorno repercute, de forma extrema, sobre el individuo que se refleja en su incapacidad para cuidar de sí mismo y llevar a cabo las actividades básicas de la vida cotidiana. Se requiere, por ello, la ayuda de otra u otras personas de forma constante.

b) No existen posibilidades de realizar alguna actividad laboral, ni siquiera en centros ocupacionales supervisados.

c) Presencia de alguna de las siguientes características clínicas:

  Trastornos severos en el curso y/o contenido del pensamiento que afectan al sujeto la mayor parte del tiempo.


  Pérdida del contacto con la realidad.


  Trastornos disperceptivos permanentes.

  Institucionalización prolongada.


  Conductas disruptivas reiteradas.