La membrana de la neurona tiene la función de proteger el interior de la misma. Tiene una permeabilidad selectiva con el fin de que se integren los componentes (glucosa, neurotransmisores,...) necesarios para un buen funcionamiento neuronal. Para introducir estas moléculas están los llamados sistemas de transporte, que se consideran receptores.
Algunos de estos sistemas de transporte requieren energía para llevar a cabo su función, por ejemplo en el caso de la recaptación de neurotransmisores hacia el interior de la neurona presináptica la energía necesaria se obtiene de la unión de la enzima sodio-potasio adenosín trifosfatosa (ATPasa); en estos casos de trabajo conjunto de un sistema de transporte y un sistema que proporciona energía se denomina bomba de transporte activo.
Al inicio de la neurotransmisión, se liberan los neurotransmisores en hendidura sináptica, desencadenándose los consiguientes efectos en la neurona postsináptica, después el neurotransmisor se separa de su receptor y puede ser destruido por enzimas o recaptado hacia el interior de la neurona presináptica para su reempaquetamiento y reutilización. La función de las bombas de transporte activo es recoger estas moléculas de neurotransmisión que se han quedado fuera de la sinapsis, para ello tiene un transportador para el neurotransmisor que se une a las moléculas del mismo. A esta bomba de recaptación se le pueden unir otras moléculas de manera que se inhibe al no poderse unir las moléculas del neurotransmisor, esta es la manera en la que actúan algunos antidepresivos.