El cuadro clínico de la demencia multiinfártica (DMI) es atribuido a múltiples oclusiones arteriales y arteriolares que provocan daño del tejido cerebral. Es el prototipo de la demencia mixta córtico-subcortical.
Las subclasificaciones de la DMI se basan en la localización de las lesiones isquémicas, distinguiéndose los trastornos lacunares (infartos profundos de 0,5 a 1,5 mm de diámetro localizados en los ganglios basales, tálamo y cápsula interna), los infartos múltiples córtico-subcorticales, los infartos múltiples de zonas intermedias, y más raramente las alteraciones de localización preferentemente cortical.
El examen neuropsicológico de estos pacientes muestra una desintegración de las funciones psíquicas y neurológicas que, a diferencia de la enfermedad de Alzheimer, se presenta de una forma heterogénea y asincrónica. La gravedad del cuadro demencial relacionado con este tipo de lesión tiene que ver con su ubicación; su volumen, el cual al alcanzar un umbral crítico puede sobrepasar la capacidad vascular compensatoria del cerebro; el número de lesiones, por sus efectos aditivos y multiplicadores; y la asociación con la EA, ya sea por un déficit vascular en un paciente con un Alzheimer de base o por la angiopatía amiloide que produce este último cuadro, capaz de desencadenar infartos múltiples en el tejido cerebral. La asociación de Alzheimer con la DMI es la denominada “demencia mixta”.
La valoración neurológica muestra la presencia de hiperreflexia, reflejo cutáneo-plantar en extensión, disartria, risa y llanto espasmódico. Así mismo se ha observado que, si bien, en la DMI se presenta la misma proporción de delirio (30-40%) que en la EA, la depresión suele ser más frecuente en la DMI (60-70%) que en la EA.