La exploración neurológica es fundamental para diagnóstico etiológico. Así, la presencia de síntomas motores o cualquier dato de focalidad sugiere la presencia de patología vascular, el trastorno dispráxico de la marcha sugiere la posibilidad de hidrocefalia normotensiva, mientras que la presencia de temblor, rigidez y bradicinesia nos debe hacer pensar en la enfermedad de Parkinson o en la demencia con cuerpos de Lewy.
La utilización de escalas es de gran utilidad tanto para el diagnóstico como para el control de la evolución que puede hacerse en función de distintos datos registrados en el tiempo según unos parámetros establecidos universalmente. Las pruebas de cribado o screening son instrumentos que requieren un tiempo reducido para su aplicación y son de fácil manejo. En sí mismas no son pruebas diagnósticas y la información que aportan ha de interpretarse como orientativa.
Es de gran importancia realizar un examen del estado mental de forma rutinaria, incluyendo en la evaluación las siguientes áreas: nivel de conciencia, atención, lenguaje, memoria, habilidades visoperceptivas y constructivas, praxis, capacidad de abstracción, lectura, escritura y aritmética. Tras la realización de la evaluación completa del estado mental del sujeto, el clínico podrá tener una orientación sobre el diagnóstico y sobre las pruebas complementarias o consultas que ha de solicitar.