El delirium por abstinencia de sustancias se desarrolla, sobre todo en un adicto, a medida que la concentración de la sustancia (alcohol, sedantes, hipnóticos o ansiolíticos), en los tejidos y el plasma va disminuyendo como consecuencia de la reducción o cese de su consumo a dosis altas.
En el caso de individuos que presentan bajo aclaramiento, sufren interacciones farmacológicas o toman varias sustancias simultáneamente, el delirium puede aparecer tras la reducción o eliminación de las dosis más bajas. La duración del trastorno depende de la vida media de la sustancia ingerida mostrándose una abstinencia más prolongada en el caso de sustancias de acción prolongada. Generalmente el delirium por abstinencia de sustancias puede mantenerse desde unas horas hasta 2-4 semanas.
El delirium por abstinencia de sustancias puede ser desencadenado por los siguientes tipos de sustancias: alcohol (conocido como “delirium tremens”); sedantes, hipnóticos y ansiolíticos, y otras sustancias desconocidas.
Nota: Este diagnóstico debe hacerse en lugar del diagnóstico de abstinencia de sustancias sólo cuando los síntomas cognoscitivos excedan de los propios del síndrome de abstinencia y cuando los síntomas sean la suficiente gravedad como para merecer una atención clínica independiente.
Códigos para el delirium por abstinencia de (ver sustancia): | ||
Sustancia |
CIE-10 |
DSM-IV |
Alcohol |
F10.4 | 291.0 |
Sedantes, hipnóticos o ansiolíticos |
F13.4 | 292.81 |
Otras sustancias (o desconocidas) |
F1 | 292.81 |
En cuanto a los medicamentos que pueden causar delirium se destacan: los anestésicos, analgésicos, agentes antiasmáticos, antihistamínicos, anticonvulsivantes, medicación cardiovascular y antihipertensiva, antimicrobianos, fármacos antiparkinsonianos, medicación gastrointestinal, corticosteroides, antagonistas de los receptores H2 de histamina, litio, agentes inmunosupresores, relajantes musculares y medicaciones psicotrópicas con efectos secundarios anticolinérgicos. Los tóxicos más asociados con la aparición del delirium son principalmente los insecticidas organofosfatados, anticolinesterasas, monóxido de carbono, dióxido de carbono y sustancias volátiles como la gasolina o los disolventes orgánicos.