Los antidepresivos cíclicos constituyen, tras las benzodiacepinas, la segunda causa más frecuente de intoxicación medicamentosa en nuestro medio, y la que con mayor frecuencia requiere ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos (Nogue 1992). El comienzo de los síntomas en caso de intoxicación por antidepresivos ocurre de forma precoz.
La mayoría de los signos y síntomas se producen dentro de las primeras 6 horas tras la ingestión. El cuadro puede progresar de forma brusca e impredicible, pasando el paciente de estar despierto y alerta, a tener, hipotensión, arritmias y convulsiones en menos de una hora. Los antidepresivos, en especial los tricíclicos (imipramina, amitriptilina), pueden desencadenar alteraciones cognitivas por su efecto anticolinérgico, caracterizadas, generalmente, por un cuadro de confusión aguda. Precisamente, la presencia de ciertos síntomas y signos de tipo anticolinérgico tales como sequedad de mucosas, constipación, trastornos miccionales o retención urinaria, taquicardia, pueden orientar hacia la causa de dichas alteraciones. Por su parte, los anticolinérgicos suelen provocar trastornos similares, con efecto aún más marcado sobre los reflejos pupilares: lentitud o ausencia fotomotora.
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