El alcohol puede provocar varios síndromes neurológicos. Su consumo crónico provoca toxicidad en el sistema nervioso central y periférico (Joyce E., 1994). Existe tanto una toxicidad directa sobre la membrana celular como una indirecta en forma de déficit nutricional, en especial de tiamina (vitamina B1) y de niacina, provocada por el alcohol. El síndrome de Wernicke es una encefalopatía evitable secundaria al déficit de tiamina o vitamina B1 (Raymond, 1993). Puede presentarse con la triada clásica: ataxia, oftalmoplejia y confusión. El deterioro cognitivo cursa como un cuadro confusional agudo o subagudo, con apatía, somnolencia y desorientación, que puede evolucionar al coma si no se trata.
El mercurio es un metal pesado y su presencia en el cuerpo humano resulta tóxica a partir de ciertos niveles críticos que dependen fundamentalmente, de un conocimiento de las relaciones dosis-efecto y dosis-respuesta. Asimismo, depende del conocimiento de las variaciones en la exposición, absorción, metabolización y excreción en cualquier situación dada.
El plomo es un metal ampliamente difundido en el ambiente, por lo cual la mayor parte de la población tiene alguna concentración de plomo en el organismo. Las fuente de exposición mas importante para los países que aun usan gasolina con aditivos orgánicos de plomo es la contaminación atmosférica producto de la combustión de vehículos motores, otras fuentes incluyen alimentos y bebidas contaminados por el plomo presente en la soldadura de las latas o en los esmaltes usados en el vidriado de la cerámica; agua potable contaminada por el plomo existente en los materiales de construcción de las tuberías de los acueductos; o el humo de fundiciones secundarias.
El cadmio (Cd) suele presentarse en forma de polvo, con un color grisáceo. La intoxicación es industrial.
Las principales vías de entrada al organismo humano son la inhalación, en el caso de los trabajadores, y la ingestión en el caso de la población general. Una vez absorbido, tiene una vida media y se almacena en el hígado y los riñones.
Es más peligroso que el plomo, aunque la intoxicación es menos frecuente. Estas pueden tener un origen profesional u homicida.
Los agentes industriales más vinculables a un síndrome demencial son los solventes orgánicos y los pesticidas.
No existe duda sobre los efectos agudos de la exposición a concentraciones elevadas a la mayoría de los solventes orgánicos. De hecho, la euforia, característica de la intoxicación aguda, es un factor que ha generado abuso y adicción a esas sustancias. Hay una amplia literatura sobre la aspiración voluntaria de sustancias que contienen solventes orgánicos, tales como cola, diluyentes de pintura, limpiador de manchas, marcadores (King 1983; Watson 1980).
No existe un estimado confiable de la incidencia mundial de intoxicaciones y enfermedades causadas por plaguicidas, sin embargo, expertos de la OMS han planteado que hay casi un millón de casos anuales (OMS, 1990) con una letalidad de 1% sobre el total de casos. En países industrializados el porcentaje de casos con consecuencias neurológicas o psiconeurológicas a largo plazo, debidas a intoxicaciones agudas, se consideran entre un 4 a 9% (Holmes y Gaon, 1956; Tabershaw y Cooper 1966). Efectos sutiles sobre el sistema nervioso central pueden ser un factor importante de accidentabilidad. Existe evidencia de reportes de accidentes fatales o casi fatales en operadores de maquinaria y aviones agrícolas que involucran a los plaguicidas en la pérdida de conciencia o alteraciones de la velocidad de reacción.
El grado de discapacidad de la demencia, así como los factores sociales complementarios, se valora en función de los criterios generales de funcionalidad que se especifica para los trastornos mentales orgánicos. Referimos por tanto al lector al punto 2.1.7. y 2.1.7.1.
- Aarsland D, Andersen K, Larsen JP, et al.: Risk of dementia in parkinson´s disease. Neurology, 2001; 56: 730 - 736.
- Agid Y, Ruberg M, Dubois B, et al. Parkinson's disease and dementia. Clinical Neuropharmacology 1986; 9:522-536.
Los trastornos de este apartado se caracterizan por la presencia de una alteración de la memoria que puede ser debida tanto a los efectos fisiológicos de una enfermedad médica como a la acción persistente de sustancias. Estos trastornos comparten una sintomatología característica cuyo rasgo más prominente es el deterioro de la memoria. La diferenciación vendrá dada por la etiología del trastorno.
Según el DSM-IV, el síndrome amnésico se caracteriza por un deterioro de la capacidad de aprender nueva información o incapacidad para recordar información previamente aprendida (Criterio A). Esta alteración puede ser lo suficientemente intensa como para provocar un destacado deterioro de la actividad laboral o social, pudiendo representar una merma importante del nivel previo de actividad (Criterio B). Los individuos con trastornos amnésicos pueden experimentar como resultado de sus déficits de memoria, graves deterioros de su capacidad personal o social, requiriendo una supervisión cotidiana para asegurar su alimentación y cuidados mínimos.
En muchas ocasiones, el trastorno amnésico puede venir precedido por un cuadro clínico de confusión y desorientación, y posibles problemas de atención que pueden sugerir la presencia de un delirium, como ocurre en el trastorno amnésico por déficit de tiamina.
En líneas generales, el curso de los trastornos amnésicos puede ser muy variable, dependiendo del proceso patológico primario que haya desencadenado dicho trastorno. La edad de inicio de estos trastornos también dependerá de las causas desencadenantes del trastorno amnésico.
A la hora de establecer el diagnóstico, es necesario tener en cuenta otros trastornos que implican un deterioro de la memoria. En concreto, el deterioro de la memoria suele ser también un síntoma del delirium y de la demencia. En el caso del delirium, el deterioro de la memoria se presenta junto a la aparición concurrente de trastornos de la conciencia; atención, reducción de la capacidad para centrar, mantener o dirigir; percepción; pensamiento; comportamiento psicomotor; emoción y ciclo sueño-vigilia.
La amnesia postraumática se refiere a la dificultad en la adquisición y evocación de nueva información, es decir, a un fallo en el registro continuo de las actividades diarias. Es frecuente en traumatismos craneoencefálicos (TCE) graves y moderados junto con déficit mnésicos permanentes. En la mayoría de los casos estas alteraciones en el área mnésica se deben a lesiones focales en el hipocampo y estructuras adyacentes, así como a lesiones difusas cerebrales.
La amnesia puede desencadenarse cuando un ACV invade el fórnix o el hipocampo. En general, causan amnesia las afecciones bilaterales de la arteria cerebral posterior que lesionan las regiones temporales mediales, así como los infartos unilaterales del hemisferio dominante.
La terapia electroconvulsiva (TEC) es un procedimiento ampliamente utilizado en la psiquiatría moderna como tratamiento de diversas enfermedades psiquiátricas. Más de 50 años después de su introducción por Cerletti, la técnica de la TEC ha evolucionado notablemente.
La Amnesia Global Transitoria (AGT) es el nombre que Fisher y Adams dieron a un trastorno que frecuentemente ocurre en personas de mediana edad o ancianas y se caracteriza por una amnesia de varias horas. En concreto, consiste en un inicio súbito de una amnesia anterógrada severa que suele mantenerse durante horas. Por lo general, el paciente vuelve a la normalidad manteniendo una amnesia total del episodio. Este tipo de amnesia suele observarse en pacientes de edades medias o avanzadas, en ausencia de otros signos neurológicos focales o comiciales.
El trastorno amnésico por alcoholismo crónico, también conocido como síndrome de Korsakoff, es una de las causas más frecuentes de amnesia y se debe a un déficit de tiamina como consecuencia de la ingesta prolongada y excesiva de alcohol que conduce al daño del núcleo dorsomedial del tálamo y de los cuerpos mamilares y a la atrofia difusa del lóbulo frontal. Son características del trastorno el compromiso para codificar nueva información, amnesia retrógrada y anterógrada (tanto de material verbal como visoespacial), confabulación, desorientación, nistagmus, ataxia y polineuritis.
Una gran cantidad de personas experimentan ansiedad, tensión e insomnio de forma aguda o crónica. Las benzodiacepinas han sido ampliamente usadas como remedios sintomáticos efectivos. En los últimos tiempos ha aumentado su prescripción a largo plazo, asociándose a un alto riesgo de dependencia.
En la práctica clínica, una forma frecuente de amnesia suele ser la observada en las crisis epilépticas. Los pacientes epilépticos a menudo padecen déficits de memorización. Estos déficits pueden ser fácilmente objetivables mediante la exploración neuropsicológica adecuada. Los trastornos de memoria en la epilepsia, se hacen especialmente evidentes en pacientes con focalidad temporal. Suele ser un hallazgo habitual en los estados post-ictales, siendo casi siempre transitoria. En la epilepsia del lóbulo temporal, se pueden producir períodos de amnesia prolongados y un fenómeno conocido como “poriomanía”, estado ictal o interictal de desorientación, que puede durar de horas a días.
La memoria no es un constructo unitario, de ahí la necesidad de una exploración del funcionamiento de la memoria que incluya: la memoria inmediata, la adición de nueva información a la memoria reciente, la extensión de la memoria reciente, y la capacidad del sujeto para nuevos aprendizajes.
Para la evolución neuropsicológica de la memoria pueden utilizarse subtest de memoria de baterías neuropsicológicas tradicionales.
El test minimental (Minimental Examination) es la prueba breve más usada, tanto en la clínica como en los estudios de investigación. Es un test sencillo, que puede ser aplicado por el personal médico o de enfermería en un corto espacio de tiempo y que muestra un buen rendimiento a nivel de screening o valoración inicial del deterioro cognitivo. Presenta, sin embargo, la dificultad de estar muy cargado de aspectos del lenguaje mostrando un rendimiento diferente en función del nivel cultural y estudios.
Instrumento diseñado para medir de forma objetiva la existencia o no de amnesia postraumática. Consta de 10 ítems, ocho de los cuales incluyen cuestiones de orientación temporoespacial y en personas. Las dos cuestiones restantes hacen referencia a la amnesia (hechos que el paciente recuerda tras el accidente y el último antes del TCE).
El grado de discapacidad de la demencia, así como los factores sociales complementarios, se valora en función de los criterios generales de funcionalidad que se especifica para los trastornos mentales orgánicos. Referimos por tanto al lector al punto 2.1.7. y 2.1.7.1.
- Albert, M.S., Butters, N. & Levin, J. Temporal gradients in the retrograde amnesia of patients with alcoholic Korsakoff disease. Arch. Neurol. 1979; 36 : 211-216.
Valoración para la esquizofrenia y los trastornos paranoides
Los factores sociales complementarios, se valoran en función de los diferentes puntos explicados en la sección 2.1.7.1.
Valoración de la Discapacidad atendiendo a criterios generales de funcionalidad.
La minusvalía se define como la desventaja social en un individuo afectado por una deficiencia o discapacidad. Surge, pues, en la relación de la persona con el medio, en los obstáculos culturales, materiales o sociales que le impiden una integración adecuada en la sociedad.
A) Problemas graves en miembros de la familia:
Se valorará teniendo como referencia el salario mínimo interprofesional, conforme a las siguientes pautas:
Se valorará en función de la edad y las distintas situaciones en relación con el empleo, de acuerdo con las siguientes pautas:
Situación de desempleo
Se valorará conforme al cuadro adjunto teniendo en cuenta:
1. Situación cultural DEPRIMIDA
Abarca a todos aquellas personas que no pudieron o no pueden acceder (o el acceso es parcial) a los sistemas escolares obligatorios por circunstancias personales, sociales, discapacidad, etc.
A) Carencia o dificultad de acceso a recursos sanitarios, de rehabilitación, educativos, culturales, profesionales, asistenciales, ocupacionales, de medios de comunicación, otros especificar, siempre y cuando se consideren necesarios en el proceso integrador.
Hasta 3 puntos